Expectativas

El reto del estudio independiente.

La  formación a lo largo de la vida  ofrece múltiples oportunidades de desarrollo vinculadas a la autogestión de actividades y proyectos de manera que se vincule el estudio con la intervención. El desarrollo de las competencias para el estudio independiente son la herramienta y el medio para la construcción justamente de los saberes flexibles y  vigentes que nos requiere la actualidad.  Estas competencias se sirven de estrategias básicas que favorezcan en el alumno propios modelos de organización, uso herramientas tecnológicas y gestión de recursos informacionales.

Bajo estos esquemas formativos centrados en el aprendizaje y el alumno; entendería mi participación dentro del propedéutico  con un  proceso de autorregulación, organización  y de una actividad orientada. Sin embargo la obtención de información y la cabal comprensión de lo que ha de realizarse constituyen el primer nivel de responsabilidad que he de asumir.

En lo personal ha sido una experiencia de agrado desplazar mi rol de  estudiante que acopia  cátedra , por  uno como autogestora de mi  aprendizaje y  comunicación con otros. El acompañamiento en este sentido consiste en ser  guiada por la asesoría, capacitación, ambientes de comunicación y de experimentación. Este  reto de formación encuentra cabida en los semipresencial como es nuestro caso, lo cual exige una permanencia en el proceso en línea virtual en fin de colaborar interdisciplinariamente y de retroalimentar a los demás.

 La motivación,  la referencia a los esquemas previos de cada participante, la comunicación bidireccional y  la interacción,  serán la clave en la construcción de diálogos y relaciones para conocer del otro lo que no se posee en uno mismo.

Respecto a las capacidades a desarrollar comenta De los Santos (1996),  se encuentran: establecer contacto, por si mismos, con cosas e ideas. Aprender por si mismos fenómenos y textos.  Planear por si mismos acciones y solucionar problemas.
Ejercitar actividades por sí mismos. Poder manejar información mentalmente y mantener por si mismos la motivación para la actividad y el aprendizaje.

Bajo este esquema no hay manera de sostener la idea de que la instrucción presencial sea el único método óptimo de formación. La orientación comprensiva y funcional en este sentido convoca y da seguimiento creando pautas de valoración formativa.

De los Santos. E. “El estudio independiente: consideraciones básicas”. En Ávila. P. Morales. C. (1996). Estudio Independiente. México: ILCE.